miércoles, 25 de abril de 2018

ROSA, ROSAE, ROSAM. “Era un jardín sonriente; era una tranquila fuente de cristal; era a su borde asomada, una rosa inmaculada de un rosal. Era un viejo jardinero que cuidaba con esmero del vergel, y era la rosa un tesoro de más quilates que el oro para él…” (Serafín y Joaquín Álvarez Quintero).