En otoño, subimos a la Trinidad de Erga, en Irurtzun. Es un sendero precioso, que discurre entre robles y hayas.
Cuando llegas a la Ermita, puedes disfrutar del hermoso paisaje de la Barranca.
En aquella excursión, encontré esta piedra y decidí pintar esas flores amarillas que crecen junto al camino
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